jueves, 11 de mayo de 2017

Los cuentos como recurso didáctico para la comprensión de la cultura visual



¡Buenos días!


Este lunes tuvimos la suerte de tener una clase de plástica un poco más diferente y especial a las demás. Pilar consiguió que nos prestaran el salón de actos para que una chica nos informara, con una especie de conferencia, sobre los mensajes ocultos en las películas Disney y todo el significado y contenido que tienen internos que nosotros no somos capaces de ver; pero sí nuestro subconsciente.

Gracias a esta “charla” pudimos darnos cuenta del gran contenido sexual, machista y racista que contienen estas películas. Disney estiliza demasiado el cuerpo de la mujer: con cabellos largos, cinturas estrechas, cuerpos delgados y demás. Aparte de eso, la mujer parece que tiene que ser tratada como una princesa y su único fin en la vida parece ser que es casarse con un “príncipe”.


También nos llamó mucho la atención que en El Rey León el papel de los malos se vinculará con la raza árabe y la negra. Queriendo dar a entender que la única dominación válida del reino tiene que estar a cargo de una persona blanca. Este tipo de mensajes Disney los transmite de una forma muy indirecta y casi invisible, pero son captados por nuestro cerebro y pueden facilitar a que influyan en nuestra manera de pensar. 

La chica también nos explicó que toda esta cantidad de mensajes subliminales no solo está presente en las películas, sino que día a día tenemos carteles o anuncios a nuestra vista con gran cantidad de ellos. Las empresas aprovechan para introducir en sus anuncios pequeñas imágenes con contenidos sexuales para captar la atención del público adulto e incitar de esta forma a su compra.



La clase de este lunes nos encantó, aprendimos muchísimas cosas interesantes. Además, éramos el grupo encargado de vestir a Pilar, para lo que elegimos el disfraz de Frida Kahlo en él cual se sentía muy a gusto debido a que Frida era una pintora mexicana y Pilar comparte con ella la pasión de pintar.
                                           
                                                    Por Laura Valencia

jueves, 4 de mayo de 2017

Nuestro niño interior


¡ Buenos días!


Respecto a lo que hablamos la semana pasada, que tuvo relación con el niño interior que todos llevamos dentro, hoy he decidido hablar un poco sobre este tema, ya que me parece bastante interesante y es algo que hoy en día no se tiene demasiado en cuenta.

Como ya he dicho, todos llevamos dentro a ese niño que fuimos, que nos dice cómo debemos actuar o no en determinados momentos e incluso, cuando pasamos de la infancia a la adolescencia notamos ya un cambio en nuestras acciones, dejamos de ser esos niños que éramos antes. Obviamente, cuando pasamos de una etapa a otra, se producen una serie de cambios en nosotros mismos en función de esa etapa que estamos viviendo, aún así, nunca debemos dejar a un lado a ese niño que aún se mantiene en nosotros.

Podrá parecer mentira o de poca importancia, pero cuidar a ese niño que llevamos dentro nos ayuda a mejorar emocionalmente y a mantener una sana autoestima. Todos recordamos esos momentos en los que éramos niños y nos divertíamos y nos reíamos por cualquier cosa. A medida que pasan los años, sentimos que eso se va perdiendo y que no logramos volver a ese niño que tan feliz parecía. Y es por eso, por lo que nunca debemos olvidar nuestra infancia y mucho menos dejar de hacer aquellas cosas que nos hacían feliz, apartando todo lo que nos impida hacerlo, como en ocasiones nos ocurre con la timidez y la vergüenza.

Ante todo somos nosotros y nunca nos debemos sentir cohibidos o avergonzados por los demás. Los adultos deseamos hacer cosas propias de nuestra edad, y en ocasiones sentimos esa vergüenza cuando de repente hacemos algo que es impropio de nuestra edad, y en realidad es una necesidad que tenemos los seres humanos de volver a ser niños, y no se trata de inmadurez, se trata de estar bien consigo mismo y de recuperar esos momentos de felicidad.

Por lo que nunca tenemos que dejar de sentirnos niños ni dejar de hacer cosas por el simple hecho de que se rían de nosotros. Tenemos que ser nosotros mismos, y en ningún momento, dejarnos influenciar por nadie, porque el verdadero motivo por el que muchas veces somos felices se lo debemos a ese "mini yo" que todos llevamos dentro.

Personalmente, las clases de plástica me han trasladado en ocasiones a esos momentos de la infancia, cuando hacíamos manualidades en clase y trabajábamos con plastilina, hacíamos dibujos aunque no tuvieran ningún sentido, coloreábamos con un sinfín de colores, usábamos todo tipo de pinturas (acuarela, cera, etc.,).

Y esas son las cosas que nunca debemos dejar de hacer, porque son las que verdaderamente nos devuelven la felicidad y las que nos deja expresarnos tal y como somos.

A continuación, os muestro fotos de cuando éramos pequeñas, recordando así la actividad que propusieron en clase nuestras compañeras.

¡Un saludo!




                                                                
                                                                Por Natalia Troyano